“ Entre artistas te has de ver ”

maestro

Néstor Cáceres Aponte

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¿Por qué conocer, estudiar,

interpretar y defender el tiple?

En la investigación titulada Los caminos del Tiple, obra galardonada en el 4° Concurso de Historia Nacional “Eduardo Santos” de la casa editorial El Tiempo, de 1985, escrita y publicada por el intérprete e investigador David Puerta Zuluaga (Bogotá, Ediciones AMP Damel, 1988); el autor, quien viajó a archivos españoles y planteó los orígenes socioculturales y organológicos del instrumento y su tradición, ofreció una sugerente conclusión:
“En el lenguaje popular colombiano, cuando se mencionan ‘unos tipleros’, es porque se está hablando de músicos de mala muerte. Es extraño. Nunca se dice ‘guitarreros’ o’flauteros’ o’violineros’. La razón se conoce: nuestro congénito sentimiento de autodegradación, el complejo de creer que lo colombiano, por fuerza, ha de ser malo. Es porque nunca hemos querido parecernos a nosotros mismos”.

“ Entre artistas te has de ver ”

“ Entre artistas te has de ver ”

HISTORIA DEL TIPLE

Siempre

viva

El Tiple (del francés treble y del latín triplus, triple) es un instrumento musical cordófono americano derivado de la familia de cuerdas pulsadas de la guitarra clásica relacionado por investigadores intérpretes como David Pelham o David Puerta como una adaptación de la vihuela de mano española del renacimiento. Compuesto por doce cuerdas, ordenado en cuatro órdenes de tres cuerdas, oscila  tamaño entre unas tres cuartas partes de las dimensiones de una guitarra y produce un sonido brillante, puntero y acompañante.

La mención del instrumento proviene de textos españoles del siglo XVI yXVI, como el Método para aprender a tocar tiple y guitarra del profesor y compositor musical español Pablo Minguet e Irol de 1752, en el que comienza a publicarse la existencia de nuevos instrumentos y modos de interpretación de ritmos clásicos hispanos, como las galardas, los vilancicos y las folías antiguas, llevadas a América tras la Conquista y el asentamiento español, desde 1492. Esparcido por el continente americano en distintas variantes orgánicas y tímbricas, es asociado con el requinto en países del cono sur, en Centroamérica con el cuatro, el requinto costanero y el tiplón o macho y con el guitarro venezolano de dimensiones y ordenes distintos.

Sin embargo, se considera al tiple como un instrumento de uso y tradición propiamente colombiano, desde que en el siglo XI proliferaran referencias al instrumento en el desarrollo de las músicas autóctonas de cuerdas elaboradas por todo el territorio neogranadino, especialmente en las regiones que componen los andes colombianos y las llanuras y territorios centro-orientales del país. Santander, como territorio jurisdiccional republicano ubicado en el nororiente colombiano, es uno de los lugares donde el instrumento se transformó en expresiones apropiadas en el folclore y el costumbrismo criollo, capaces de retratar la vida y la nostalgia del tránsito y ls diáspora de la vida rural a las ciudades. En 1849, el redactor y publicista bogotano José Caicedo Rojas publicó en sus historias viajeras una narrativa desarrollada en Chitaraque, poblado cercano a la villa de San Gil, Santander, en la que unos soldados desertores de la milicia semiprofesional neogranadina, realizaron una noche de fiesta, en la que se describe al tiple como instrumento usado para cantar coplas y surtir de inspiración singular a la melancolía, en una velada de recuerdo a la tierra en la que se nació y se extravió la vida.

Está hermanado a instrumentos de púa de menor tamaño, como la bandola, una variante de la vihuela de péñola española, antecesora de la bandurria y la mandolina, con un timbre metálico proveído por doce cuerdas ordenadas en seis órdenes dobles; y el requinto, un instrumento de línea melódica con distintas variantes en América, como el jarocho mexicano o el guitarro primo venezolano, originado en el popular guitarrico de Aragón, venido de la guitarra barroca, en Colombia fabricado con doce cuerdas de acero distribuidas en cuatro órdenes triples.
Con jolgorio, nostalgia o autenticidad, el tiple es representante mayoritario del costumbrismo andino adaptado de la heredad hispana, oferente de ritmos criollos como el  bambuco, el torbellino, la guabina y el pasillo, transferidos de manera espontánea desde el siglo XIX, con un legado y músicas que se conservan hasta la actualidad, siendo la  mitad del siglo X el momento en que las referencias históricas y los repertorios musicales se comenzaron a concretar en el argot público de la nación.

el

Tiple

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